Fascinado por Bruce Lee cuando era
adolescente, siempre aprecié especialmente sus técnicas
explosivas en corta distancia (técnicas de wing chun).
Su potencia y velocidad en estas técnicas, me acercaron a las
Artes Marciales mucho mas que sus patadas voladoras.
Mas tarde, practicando Wing Chun conocí el célebre puño de 1
y 3 pulgadas, que mi maestro ejecutaba de forma soberbia.
Hoy en día y cada vez mas,
además de la práctica de potencia orientada al desarrollo
personal, tenemos que capacitar a nuestros alumnos en la
aplicación de potencia para la Defensa Personal Urbana.
En la ciudad, las relaciones corporales con agresores
desconocidos suelen ser de corta distancia: subtes, trenes,
colectivos, taxis, edificios, ascensores y calles céntricas con
centenares de peatones y automovilistas en constante
circulación, son el escenario de ataques y agresiones furtivos.
La Defensa Personal en
circunstancias como estas se desarrolla en espacios reducidos,
casi cuerpo a cuerpo, y de manera sorpresiva.
Para responder a las necesidades de este escenario muchas veces
cuando nos encontramos desprevenidos, las técnicas
autodefensivas tienen que ser económicas, rápidas y compactas,
altamente flexibles, posibles de combinar unas con otras en
series de movimiento ininterrumpido, en nuestro sistema
utilizamos técnicas de wing chun.
La libertad de adaptación y
cambio de los movimientos debe seguir una lógica implícita: la
eficiencia. Para ello, deben posibilitar multiplicidad de
impactos, en un período de tiempo extremadamente corto, como
sucede en el wing chun. Pero es
cosa probada por los deportes de Combate Extremos que la corta
distancia es un momento de transición entre el campo de las
técnicas traumáticas (stricking), y los agarres, técnicas de
sujeción y sumisión (grappling/submissión).
Es imprescindible entonces tener
presente esto al momento de aplicar técnicas de wing chun de corta
distancia, ya que si no hay sujeción y control simultáneo del
oponente con la mano contraria (o con el resto del cuerpo), se
arriesga a fallar el impacto, o bien a pasar a una distancia en
donde el aplanamiento del espacio de conflicto es tal que no
existe posibilidad de impacto alguno.
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En situaciones
cuerpo a cuerpo donde una fuerza corporal masiva está siendo
aplicada sobre nosotros, con una distancia inexistente, muchas
veces con todo el peso encima nuestro, las técnicas deben
cambiarse para ajustarse a la nueva situación espacial
presentada.
Aquí es donde las
técnicas de control y sujeción deben describir trayectorias
opuestas para maximizar los efectos de un impacto con poco
recorrido, y minimizar los efectos de errar en el blanco con una
rápida recuperación hacia una posición protegida.
La práctica de
técnicas de corta distancia debe hacerse en situaciones
dinámicas, tanto de pie, como sentado, o en el piso, teniendo
presente en el entrenamiento, la transición natural entre los
momentos de grappling obligado, y las oportunidades de impacto.
En defensa personal, se priorizan tácticas donde el contacto
corporal con uno o varios desconocidos sea el menor comprometido
posible, dado que mayor contacto es sinónimo de mayor
compromiso y exposición. La
imagen muestra una de las técnicas de Wing Chun, DPI y DPC3 con
adaptaciones a las posiciones no ortodoxas planteadas en
contextos urbanos.
La fotografía presenta cierto dinamismo por ser tomada en
movimiento, para detectar las adaptaciones necesarias contra un
adversario no colaborativo.
La defendiente golpea
sorpresivamente con codo descendente y agarre simultáneo del
rostro, cuando el agresor la quiere tomar del brazo.
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